Salud Asdrúbal.
Leo con pesar las noticias que me envias desde Hispania, estoy apesadumbrado por la muerta del que fue líder de los Vettones, Adolphus hijo de Suar, dux de los Vettones. Como siempre supongo que los que en vida quisieron acabar con él, levantan loas en su honor, y se deshacen en alabanzas por sus hechos, pero será como siempre el pueblo llano el que realmente tenga las palabras adecuadas para sus compartamiento en vida.
Habrán salido desde las cloacas los que ahora son dicen que eran sus amigos del alma, a los que siempre les contaba lo que iba hacer, o sus pensamientos políticos. Desgraciadamente él ya hace tiempo que no pudo desdecir lo que ahora se habla de él.
Incluso las luchas fratricidas llega a su familia, por un título del que ellos no son dignos.
Por dignidad tenían que dejad a los muertos en paz y dejar que sea la Historia la que nos juzgue, pues los hombres ávidos de fama, o rencor no juzgan sino prejuzgan. Un pueblo tan vengativo y lleno de inquina como los hispanos que dedican su tiempo a juzgar, y en lugar de ser los propios amos de su destino, lo dejan en manos de sus gobernantes.
Mal pueblo que quiere que quiere que se lo den todo hecho, parafraseando a un Gran Líder, ya extinto: «No pienses en lo que tu país puede hacer por tí, piensa en lo que tú puedes hacer por tú país» En Hispania el pueblo espera que le solucionen todos los problemas pero sin hacer nada por su parte, y los gobernates esperan que el tiempo solucione las cosas.
Mal camino es ese, además cuando alguién brilla por algún motivo, se levantan proclamas contra él, pues la envidia anida en los corazones de este pueblo. Eso sí, cuando muere todo son alabanzas y hasta sus más acérrimos enemigos, se etiquetan de amigos. Los que le reuían, ahora son los primeros que aparecen.
Lo siento hermano pero no puedo con tanta falsedad.
Tu hermano
Aníbal