PREPARANDO LA BATALLA

Salud Asdrúbal,

Querido hermano, después de las celebraciones de la cosecha preparo mis ejércitos para atacar nuevamente a Roma. No me faltan voluntarios para la campaña de otoño que se avecina. Hombres de todas las tribus de la Campania, la Galia y los hispanos de refuerzo que me has enviado. También libios y mauri, aunque con estas dos últimas tribus los galos y los hispanos están a la greña y se ha unido contra ellos, han creado serios problemas en el campamento y he debido tomar medidas disciplinarias para acallar las voces discordantes.

Lo ocurrido en mi campamento me llevado a reflexionar sobre las diferencias entre las tribus, incluso cuando todas ellas se mueven por el odio a Roma, no dejan de enfrascarse en peleas entre ellos, inconcebible. Los galos relativamente no tienen problemas entre las diferentes tribus que viven en la Galia, es más no les importa incluso que los llame galos a todos, sin diferenciarlos por su tribu. Los hispanos son otro cantar, llevan su tribu metida en los más profundo de su ser e incluso se molestan si les denomino hispanos.

Yo soy layetano (o carpetano,  o turdetano, o vetón) – es lo primero que me dicen – no soy hispano – siguen.

Menos mal que Magón sabe diferenciarlos y me evita los problemas, diciéndome de que tribu es cada uno, pero me queda la duda, ¿cómo se comportarán en la batalla como siempre? ¿será su odio a Roma mayor que el que hay entre ellos?  El tiempo y el oro nos lo dirá. Ya ves hermano mío, que a veces los hombres discutimos por necedades tales como el lugar o la tribu de nacimiento, esto es el árbol que nos impide ver el bosque.

Retomando mi relato sobre los preparativos del ejército, es necesario que me envíes más pertrechos, necesito hombres y dinero, dinero y dinero. Este ejército de mercenarios no se mueve sin oro, sobre todo los hispanos, perdona hermano, corrijo, las tribus de Hispania o mejor dicho sus dirigentes, tú lo sabes mejor que yo, ya te toca crear las alianzas con ellos.

Pecunia nervus belli como dicen nuestros enemigos los romanos, «el dinero es el nervio de la guerra» aunque yo añadiría de «la política también» ya que estos dirigentes de la diferentes tribus que viven en Hispania sólo se mueven por dinero, siempre quieren más y más.

Querido hermano, haz lo que tengas que hacer para recaudar lo necesario y poder pagar a estos «buitres», y así poder conseguir que me envíes más refuerzos, la campaña contra Roma será dura y necesitaré todos hombres que me proporciones y debo reconocer que no hay guerreros como los hispanos, duros e infatigables, aunque se pelean entre ellos por nimiedades, son fuertes y luchan como leones.  Su devotio  hacia mí, me ha costado conseguirla a base de oro, les hace que siempre los coloque en las zonas más duras de las batallas. Los romanos ya han probado sus falcatas, sus hondas y sus soliferrum. Parece que sólo se unen ante una buena batalla.

La campaña otoñal se aproxima y ruego a los dioses que me sea favorable, antes de que lleguen las nieves. Nuestra Cartago desaparecerá el día que seamos derrotados, una sola derrota será el fin.

Tu deber es proteger nuestra retaguardia en Hispania e impedir a los romanos que se fortifiquen allí. Halaga a nuestros aliados y llénalos de oro. Los dioses y yo sabemos que cumplirás con tu deber como buen cartaginés.

Que los dioses te sean propicios y te ayuden, tu hermano que te quiere.

Aníbal.

 

 

 

LAS FIESTAS DE LA COSECHA

Salud Asdrúbal.

Querido hermano, la cosecha ha terminado y nuestros silos están rebosantes, el pueblo está feliz pues los augurios son excelentes. Las entrañas de los animales sacrificados estaban todas en inmejorable estado. Esperemos que se cumplan.

No entiendo que estando en días de penuria en todos los pueblos y  lugares de Hispania, las tabernas y tiendas están llenas a rebosar. Pueblos consumidos por la crisis, o eso dicen ellos, se ven llenos de alegría, bailes, comidas. No lo entiendo.

Se preparan los ejércitos para combatir a los rebeldes de Partia, mientras los gobernates de nuestras provincias hispanas se dedican a recordar los terribles días de Bello Civili, siendo ésta la cosa más terrible que puede pasar a un país, las luchas fratricidas son la gangrena de toda patria. Pues para bien o para mal todos formamos su núcleo, y ya es hora de enterrar esos odios para siempre y mirar hacia delante.

Recuerda lo que hacían los egipcios cuando querían borrar todo recuerdo de un Faraón, picaban su rostro y sus hechos de los monumentos para olvidarlo. Se debe aprender de los errores pasados y unir fuerzas. Los fastos y monumentos de una parte o de otra se deben unir en recuerdo de todos aquellos que de una manera u otra defendieron sus ideales. No hagamos como ellos y como nuestros enemigos los romanos, las listas de enemigos deben desaparecer y comprender que todos estamos unidos en el destino, que si remamos en diferentes direcciones nuestro barco no avanzará.

Pero volviendo a lo que estábamos, siendo mi profesión hablar de la guerra y los desastres que ella conlleva, disfruto de las lecturas y de los consejos de hombres más versados que yo en los aconteceres del espíritu y mi corazón llora de alegría con los placerse de la lectura. Nuevas gentes para nuevos tiempos, sus sabios consejos iluminan mi alma y agrandan mi manera de vivir y ver lo que sucede alrededor de mi

Debemos dejar la política a un lado y dedicarnos a agrandar nuestra visión de los que pasa por nuestro entorno, pues como me dijo un viejo profesor mío, » de todos y de todo se aprende, sin dejar que nuestra soberbia nuble nuestros ojos a todo el saber, ya que no hay saberes indignos sino personas indignas».

Querido hermano  es lo que pasa en Hispania, tan amada por Cartago, debemos de dejar de un lado la rapiña que nos mueve y mirar más a los ojos de los habitantes de esa tierra, no nos debe importar su aportacion por muy ínfima que sea, puesto que hay insignificancias que son grandezas y grandezas que son insignificancias, según sea la persona y su saber.

Nunca debes mirar por encima de nadie ya que no querrás que te miren por encima. Aunque yo no soy nadie que deba darte consejos, recuerda a los griegos para ellos «el saber estaba por encima de todo y que tu curiosidad sea la que guíe tus pasos«. Analiza y busca la explicación de las cosas, por muy simples que sean nunca las deseches.

Asdrúbal hermano mío, lejos quedan los días de nuestra infancia, esta dio paso a los demás recorridos de nuestra efímera vida, y hoy en la madurez vemos las cosas de diferente manera, apreciamos los pequeños placeres que el universo nos brinda, disfruta de la cosechas recibidas, da gracias a Moloch Baal por los generosos frutos de los campos, ofrece sacrificios y nunca pierdas tu fe en los hispanos.

Estos hispanos saben los que son las guerras y disfrutan de ellas, pero entre ellos. No se unen nunca, se menosprecian entre ellos, su «razón» les nubla la mente y no entienden que todos debemos aprender de todos.

Dejemos que mis lúgubres palabras mueran por si solas y disfrutemos de la cosecha y de los días de bonanza que quedan antes de que los días invernales nos encierren entre sus brazos.

Tu hermano

Aníbal